Hola a tod@s

Los retos que tiene la maternidad a cualquiera nos pone a prueba, pues bien, un hijo(a) no viene con un instructivo de cómo criarlo, de cómo ser madre, cada una con base a ensayo y error, viendo cómo es tu hijo, aprendiendo cada segundo de lo que necesita, quiere, le gusta y lo que no. Es como paso a paso, cada mujer que tiene un hijo(a) se va perfeccionando en ser madre.

En México en los últimos años ha ido incrementando el número de madres solteras, actualmente 3 de cada 10 mujeres son madres solteras. Ser madre es un proceso complicado, lleno de retos y enseñanzas, el hacerlo sola sube el nivel de dificultad, estrés y también recompensas. 

Las presiones de la actualidad ante el papel de ser madre van incrementando, sin lugar a dudas no es fácil y no solo por el hecho de criar y ser parte del desarrollo de un ser humano, sino también, las presiones sociales, desde el aspecto físico, si has o no bajado los kilos del embarazo, o en el aspecto profesional si dejaste tu trabajo para criar a tu hijo, o si decides seguir trabajando y dejarlo en manos de otras personas para que lo cuiden, en cualquier escenario las personas siempre tendrán un juicio y una crítica ante lo que cada madre hace. 

Encontrar el equilibrio en nuestras vidas sin lugar a dudas es uno de los desafíos más grandes que tenemos como seres humanos, sin importar tu genero, estado civil, edad, etc. En particular el ser madre, se llena de más complicaciones para poder llegar a encontrar un lugar donde se pueda dar tiempo a los hijos, al trabajo, a la familia y a una misma.

Lamentablemente es frecuente escuchar que el cuidado de si misma es un factor que por lo general lo dejan al final, hay mamás que los hijos le absorben todo su tiempo y con el paso de los días, meses, se vuelve una rutina dirigida a satisfacer las necesidades de su hijo(a), lo que llega a ocasionar que esa mamá tenga altos niveles de estrés, frustración, cansancio y un cúmulo de sentimientos que van desde la alegría, enojo, tristeza, culpa, anhelo, etc…

Además para aquellas mamás que ya están pasando o van a entrar a la etapa de la menopausia, se vuelve aún más complicado, ya que físicamente, las mujeres experimentan una serie de cambios como:

  1. Periodo menstrual irregular: se vuelve más corto o más largo.
  2. Calores: Sensaciones de calor repentinas, algunas veces intensas, son molestos pero suelen durar pocos minutos.
  3. Sudores nocturnos: calores que te despiertan durante la noche.
  4. Problemas para dormir: Se presenta la falta de sueño o te es difícil permanecer dormido.
  5. Cambios vaginales: La membrana de la vagina se vuelve más delgada.

No solo ocurren cambios físicos también se presentan cambios en el estado de ánimo como:

  1. Ansiedad
  2. Irritabilidad: cuesta mucho trabajo mantener la paciencia y se encuentran molestas gran parte del día.
  3. Cansancio: hay una fatiga de manera constate.
  4. Impulso sexual: las mujeres presentan una disminución en su apetito sexual.

Las mujeres en la menopausia se encuentran en una nueva etapa de la vida, en donde pueden conocerse a ellas mismas con sus nuevas características físicas, hablar de los cambios que se atraviesan puede mejorar la relación con los demás, ya que la mayoría de las veces se trata de mantener oculto este proceso normal de la vida en la mujer porque en ocasiones se cree que es estar “vieja”. Es cierto que el físico haya cambiado, pero eso no incapacita a las mujeres a tener una vida plena.

El apoyo y la no critica ayudan a las mujeres a no sentirse solas.

Independientemente del contexto que te rodea, el ser madre no debe ser un impedimento para que te dediques tiempo, para que sigas haciendo lo que te gusta, definitivamente si antes te dedicabas todos los días a disfrutar, a hacer las cosas que te gustan, a consentirte, etc.. Ahora no tendrás tanto tiempo para hacerlo, sin embargo, no dejes que la falta de tiempo o el cansancio te impidan cuidarte de ti misma. 

A continuación les dejamos 5 tips que les puede ayudar a todas las madres que algún momento han tenido dificultad en tener o encontrar ese equilibrio, y dedicarse tiempo al cuidado de una misa.

  1. Una vez por semana fija un día y hora que sea exclusiva para ti. En esa hora haz lo que más te relaje y sientas que recargas tu pila (tomar un largo baño, comer tu comida favorita, dormir, etc..)
  2. Una vez por semana has ejercicio, definitivamente el estrés que se va acumulando va haciendo que cada día te sientas más cansada, el hacer algún tipo de ejercicio te ayudará a liberar el estrés. 
  3. Pide ayuda, y aprende a recibirla, no quieras hacerlo todo tu sola, el que otras personas quieran ayudarte no quiere decir que seas débil o que no tienes la capacidad, simplemente el recibir o pedir ayuda es un indicador de madurez donde reconoces lo que necesitas, vas y lo pides.
  4. No te aísles, trata de seguir en contacto con tus amigas(os). No seas de las personas que piensan que porque sus amigas(os) no han tenido hijos, no podrán entenderte, si son realmente amigas(os) querrán estar ahí y escucharte, ayudarte en lo que necesites, no te alejes de ellas/os.
  1. Continúa con tu vida, con lo que tu quieres hacer, no pongas a tu bebe como un impedimento de realizar tus proyectos. Si bien, no va a ser lo mismo deberás hacer cambios a ese proyecto, pero no te permitas posponerlos por tanto tiempo, que tus hijos sean una eterna excusa para no seguir con tu vida, pues con el paso del tiempo serás de las personas que se vivan en un “hubiera hecho…” y cuando los hijos se vayan de casa, seas de las personas que les cueste mucho trabajo esta etapa.

Si haces al menos dos de estos tips, te vas a dar cuenta de algunos cambios que te impulsarán a descubrir esa mujer que no solo es madre.

A continuación les dejamos un testimonio de una mujer que ya pasó por todas las etapas de la maternidad, su sabiduría nos deja enseñanzas

Hola, este es una carta a cualquier mujer que esta en el camino de ser madre, a veces es complicado hablar sobre ello ¿por qué? Porque todas terminan diciendo “ha sido lo mejor que me pudo pasar” y eso es como un balde agua fría cuando tú sientes que lo estas haciendo mal.

Recuerdo cuando tuve a mi primer hijo, si fui la famosa madre primeriza que le daba miedo hasta tocar a su hijo porque lo ve chiquito y frágil, lo que menos desea uno es lastimarlo ¿Cuál fue mi momento más duro?, cuando todas las personas solo me preguntaban por el bebé y no por mí. Me sentí un poco sola, pero lo más terrible fue sentirme juzgada y desvalorizada cuando me cuestionaban cada acción que hacía con mi bebé. Pasan los meses y el amor es tan intenso que hice de todo para disfrutar cada día con mi niño, mi esposo estaba conmigo eso si es algo que puedo agradecer mi pareja, como dicen él estuvo al pie del cañón y eso me daba la sensación de apoyo. Pasó el tiempo y regresé a trabajar, bueno sentía que había perdido la brújula entre ser madre, esposa, hija un día me mire en el espejo y terminé en llanto, hacía muchas cosas, pero ninguna era para mí, o eso era lo que pensaba.

Después de tres años, me enteré que sería mamá de nuevo, ahora me sentía como una experta, ya sabía que los bebés nos son tan frágiles, hay que poner horarios, la diferencia fue que esta vez mi pareja y yo comenzamos a dejar de ser pareja, nuestras diferencias fueron algo complicadas y la decisión más sana fue separarnos. Efectivamente me había convertido en madre soltera. Ahora en el día a día yo estaba sola con mis hijos, recibí la ayuda que me podían dar, un error mío fue no solicitarla, eso me dio la lección que para recibir apoyo no tiene nada de malo solicitarlo. 

Pasó el tiempo, uno se hace mayor, todo cambia y llega el momento de convertirse en una mujer madura, atravieso los famosos bochornos, el cambio de humor y casi no quería ver a nadie, ahora una madre en la menopausia. El inicio fue complicado porque no me sentía ni a gusto conmigo misma.

Lo más feo que me pude hacer a mi misma, siendo mamá, fue alejarme de lo que yo era, de mis gustos, de mis propios espacios y comprender que cuidarme a mí misma, hacer cosas para mi propio desarrollo personal no me hacían una mala madre. 

Hoy sé que ser madre es también seguir siendo mujer. 

Si después de leer este blog, conoces a alguien que necesite ayuda, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, en ARANA contamos con psicólogos profesionales que pueden ayudar a esa persona que estimas.

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